12/11/12

Por amor al amor del odio

.

No me importa lo que digas, lo que pienses o lo que puedas llegar a imaginar. No me importa lo que contás, lo que callás o lo que podés llegar a recordar. No me importa lo que viviste, lo que mentiste o lo que pudiste llegar a perder. No me importa. No me importa y me importa. Me importa porque no me importa. Me importa porque te amo, y me importa porque te odio por hacer que te ame tanto. Porque el odio es casi como el amor, sólo que con palabras bonitas, con flores, con sonrisas. El odio es lo que siento al sentir que te amo y que te amo sin odiarte. Porque el amor no es más que eso, un odio sin odio, un odio con palabras bonitas, con flores, con sonrisas y caricias. El amor es una flecha tirada a la marchanta por alguien que no tenía nada mejor que hacer, alguien que metió amor y odio en la pósima para el amor eterno. Porque eso es el amor, amor y odio con palabras bonitas, con flores, con sonrisas y fechas importantes. El amor se calla la boca cuando le conviene, se mete en un bar para hacer tiempo y vuelve a hablar cuando se da cuenta de lo que tiene en realidad. Porque el amor no es más que eso y un poquito más de aquello que a veces solemos olvidar. El amor... El amor te agota, te lleva a pasear, a correr y hasta te puede hacer odiar. Porque cuando el odio no es como el amor pero con palabras bonitas, con flores, con sonrisas, con caricias y fechas importantes que no se olvidan, el odio es más parecido al odio que al amor; el odio te transforma, se transforma y te obliga a pasear solo, a correr sin pies y a sentirte completamente perdido entre tantos seres extraños que muy alegres se mueven, agarrados de la mano, besándose, tocándose... Y vos, como un absurdo árbol sin hojas en plena primavera, con el sol brillando y el viento soplando a tu favor, te obligás a terminar con esa vida que nunca pudiste empezar.


·

1/11/12