El agua está en su temperatura justa. El jabón, el champoo y las ilusiones, a un costado de mi cráneo circular. Hay una rosca lubricada en la canilla, y hay serpientes babosas paseando por doquier..
¿Será la muerte que anuncia su visita?
¿O será la vida que anuncia su partida?
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El filo está en su temperamento justo, y ya no espera a ser usado: se acomoda - inquieto - entre la mano y el frío del brazo, sin respetar las líneas de sangre que los unen; se obliga a crear un corte imperfectamente perfecto, que traerá un silencio cómodo, con una mezcla entre el éxtasis del último respiro y la belleza de no volver a sentir.
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¿"Dolor"? No, gracias. Así estoy bien. Ahora puedo volar sin sacar pasaje y sin meterme drogas. Ahora puedo respirar sin pedir aire prestado. Ahora puedo mirarle la cara al viento sin tener que cerrar los ojos. Ahora soy libre de por muerte y le dejé la vida a los que quieran sufrir para tener; yo no sirvo para eso, si yo no sirvo para nada..
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