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Yo, como buen despiadado vehemente, perdí una amiga, por haber cometido una estupidez tan grande como la megalomanía de mi incoherencia. Y ahora, siento que puedo sentir la resaca de aquel domingo, después de haberlo arruinado todo.
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¿Estás ahí?
¿Estás leyendo esto?
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No es que quiera lavarme la sangre de mis manos,
no es que pretenda que me perdones
por simple y lacerante piedad,
y no es que quiera que me vuelvas a querer,
si sé que ya no querés hablar conmigo...
pero
desde lo más profundo,
recóndito y amoroso
de este corazón triste,
quiero poder decirte
que suelo odiarme
cuando veo lo que perdí
.
Metieron palabras en mi boca
pero yo me metí la pata
en nuestro corazón.
p/V.
4 comentarios:
genial...
Buenisimo, muy profundo y doloroso...
Esta precioso, sigue escribiendo asi, tu corazon y palabras comprende el corazon de otras personas lastimeras.
¡Muchísimas gracias, gente! Le dan fuerzas a este tonto que vomita palabras.
¡Buena suerte y más que suerte!
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