Estuve a punto de quebrar la piel de mis manos con la ayuda de una vieja pared, pero una voz interna me dijo:
- ¿Qué culpa tienen ellas? Si es tu cabeza quien manipula las acciones, la cordura, el fundamento, el bienestar, y todos los antónimos correspondientes.
- Entonces - respondí - tengo que romper mi cabeza, no?
- ¡No! Tenés que curarla, arreglarla, invertir los cables para que deje de girar en sentido contrario, y superarte de una vez por todas..
- Sí, lo sé...
- ¿Y qué estás esperando?
- No, no lo sé.
↔
Y en el camino que me llevaba hasta el regreso,
un pequeño antagonismo
tiró ruidos en mi voz:
No puedo ser así...
No puedo, no! No quiero, no quiero ser así!
No quiero, no, no quiero estar más en este estado...
No quiero..
~ Pero yo quiero ~
Si, la quiero; la quiero demasiado!
Pero no puedo
~ Pero yo quiero ~
Sé que no puedo, pero no dejo de querer...
Porque quiero y no quiero...
Porque te quiero
~ Porque te amo ~
Y sos lo que quiero,
pero a veces no puedo..
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